Existe en la naturaleza amplia variedad de plantas a las cuales se atribuyen facultades curativas y que han sido muy útiles para el hombre en el alivio de algunos malestares y afecciones, sin embargo, muchos de sus principios activos en dosis inadecuadas pueden resultar letales. Hay algunas incluso que gracias a su composición química pueden provocar la muerte de quienes las ingieren.
Hay plantas o hierbas que gracias a sus beneficios pueden ayudarnos hasta como relajantes musculares, tal es el caso del epazote. Pero existen otras que tienen componentes activos, deben evitarse a toda costa por considerarse tóxicas y cuyos frutos, hojas, tallos o raíces pueden ser no aptas para el consumo humano ya que por su veneno podrían llegar incluso a causar la muerte. Seguidamente, una lista de algunas de las plantas más letales y venenosas.
Plantas más venenosas para el hombre
Acebo: se trata de un arbusto o árbol pequeño que alcanza una altura máxima de hasta 6 metros; sus hojas son de color verde intenso, sus flores blancas y su fruto rojo brillante. Su madera por ser clara, flexible y leñosa se utiliza habitualmente en la ebanistería. Se le atribuyen propiedades diuréticas a sus hojas y su fruto tiene un efecto purgante. En altas dosis su fruto puede resultar tóxico para las personas y puede provocar diarrea, además de vómitos.
Belladona: es un arbusto nativo de Europa, África del norte y Asia del oeste. Se empleaba en el antiguo Egipto como narcótico y posteriormente por los Sirios para aliviar síntomas de tristeza o depresión. Las damas italianas acostumbraban a frotar con el fruto de esta planta la zona debajo de sus ojos con fines estéticos y de allí proviene su nombre. Su uso produce dilatación de las pupilas y gracias a los alcaloides y derivados de tropanos que posee es una hierba venenosa capaz de inducir estados de coma e incluso la muerte si es mal administrada.
Cicuta: forma parte de un conjunto de especies de plantas muy venenosas nativas del hemisferio norte. Es una herbácea perenne y puede alcanzar una altura máxima de hasta dos metros. Contiene alcaloides y un aceite esencial, además de coniceina y conicina que inhiben el funcionamiento del sistema nervioso central produciendo una condición llamada cicutismo. Su efecto es semejante al del curare. Tal solo unos gramos de sus frutos verdes son suficientes para provocarle la muerte a una persona, mientras que pájaros y rumiantes son bastante resistentes a su efecto.