Recitado en la liturgia cristiana por ser designado un trascendente símbolo de fe, el credo catolico se constituye como aquella oración de características tan especiales que bien vale la pena ser compartida una y otra vez. Decimos entonces que el credo católico cautiva a Facebook y en general a todas las plataformas donde las comunidades pueden reflexionar en torno a él debido a que se establece como la mejor manera de acceder a las manifestaciones de la Divinidad Trinitaria (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
Puesto que el gran objetivo de este bello himno es hacer claridad sobre los dogmas de la religión cristiana, su eje estructural se forma a partir de las revelaciones de Dios que han sido debidamente compiladas en frases articuladas o versículos.
El credo de la iglesia y su significado
Realizada desde finales del siglo V, el credo es una plegaria que al hacer parte de las plegarias básicas del creyente se ocupa de cumplir el rol de confesión o profesión de fe, por tanto identifica a los fieles cristianos respecto a otras religiones debido a que entre otras cosas logra expresar el proceso de salvación además de afirmar la naturaleza del Creador.
Tanto si acudes a una página de Facebook para recordarla y formular las correspondientes peticiones, como si simplemente la realizas en cualquier momento u hora de la jornada sin importar que exista o no acceso a la tecnología, cualquiera de las dos versiones del credo católico que se emplee goza de la fuerza suficiente para enfocar al devoto en relación a las verdades que deben prevalecer en su vida y sus correspondientes compromisos que pretenden que no queden en el olvido las promesas bautismales.
¿Cuántas versiones hay del credo?
A pesar de que de acuerdo a la época se han formulado distintas versiones de esta plegaria, lo cierto es que sólo gozan de reconocimiento y de un uso relevante el credo de los apóstoles y el credo niceo-constantinopolitano, los cuales son identificados en el argot popular como el credo corto y el credo largo respectivamente.
La fórmula resumida es la que actualmente se recita en la celebración de la eucaristía, mientras que la versión detallada se ha relegado un poco en medio del afán de facilitar que los creyentes puedan aprenderla sin inconvenientes a través de la facilidad que hace posible un texto mucho más breve. Lo fundamental de todo es que cualquier versión mantiene por encima de todo el ser la consolidación de las verdades del pueblo católico.