La transformación del clima a escala global ha alcanzado tales proporciones que de un tiempo para acá se viene hablando con gran frecuencia de un fenómeno conocido como calentamiento global, pues es este el encargado de que se refleje tanto en la atmósfera como en los océanos y en las alteraciones que tienen que ver con la humedad, la presión atmosférica, el viento y las precipitaciones desequilibrios que afectan totalmente las condiciones de vida a las que ya estábamos adaptados.
Puesto que se trata de algo que ha venido gestándose durante décadas, el calentamiento global es importante resaltar que este cambio se encuentra relacionado de manera estrecha con las emisiones de CO2, sin embargo, existe mucho más de por medio y eso es precisamente lo que descubriremos a continuación.
Causas del calentamiento global
Por norma general, la influencia humana se ha estipulado como la causante principal de esta inestabilidad, pero de manera detallada se puede indicar lo siguiente:
- Deforestación: a pesar de los esfuerzos por eliminar o mejor aún reducir la tala de árboles, esta sigue siendo llevada a cabo pasando por alto que son precisamente los árboles los encargados de absorben las emisiones de dióxido de carbono.
- Efecto invernadero: el exceso de gases que se encuentran atrapados al interior del planeta impide que el calor se irradie por fuera de la atmósfera y es entonces cuando la temperatura se afecta.
- Quema de combustibles fósiles: con el propósito de generar electricidad y energía, se da la quema de petróleo, gasolina y hasta madera. A partir de esto se originan reacciones que contribuyen al incremento del calentamiento global.
- Descomposición de materia orgánica: los malos manejos con las basuras y la acumulación de desechos orgánicos, son tan solo una pequeña parte de los factores que intervienen para que ocurra este fenómeno.
El calentamiento climático y sus consecuencias
A nivel de efectos a corto, mediano y largo plazo, nos encontramos con olas de calor que ocasionan la extinción de especies de animales y plantas ya que sencillamente no encuentran la manera de sobrevivir en las nuevas condiciones del ambiente.
El incremento en los niveles del mar y el derretimiento de los polos pasan a instituirse como amenazas directas para las zonas costeras. Las sequías abren paso a la falta de alimento, el agua dulce pasa a estar cada vez menos disponible y los huracanes, tornados, tormentas, temblores y terremotos pasan a ser mucho más destructivos por su potencia en ascenso.