Como parte de las enfermedades que tienen que ver con alguna clase de daño neurológico, la demencia y el Alzheimer se convierten en dos de las más conocidas por los alcances negativos que revisten tanto para el paciente como para la familia. A causa de las afectaciones en el ritmo de vida que ambas involucran, lo cierto es que suelen confundirse bastante, por lo tanto, intentaremos revelar unos cuantos detalles que pueden aclarar las diferencias.
Las dos asociadas al envejecimiento, lo primera será definir con exactitud a qué corresponde cada una.
¿Son diferentes la demencia y el Alzheimer?
La demencia obedece a un deterioro cognitivo en el que las facultades mentales se afectan de manera progresiva y donde las alteraciones de la memoria, la razón y la conducta son protagonistas; en cuanto a el Alzheimer, de manera concreta se puede señalar que corresponde a una alteración neurodegenerativa en la que la desorientación espacial y temporal al igual que la pérdida de la memoria y el deterioro mental se hacen muy predominantes.
Pero entonces, si estas dos enfermedades comparten varios aspectos, ¿qué es exactamente lo que las hace distintas? una buena manera de visualizar esta comparativa es teniendo en cuenta que se puede tener demencia sin la existencia de Alzheimer, mientras que la enfermedad de Alzheimer supone siempre demencia.
Por tanto, se acostumbra a argumentar que el mal de Alzheimer es la forma más común de demencia entre adultos mayores y algunos lo incluyen dentro del grupo que alberga los diferentes tipos de demencia senil hasta el momento conocidos.