Ocupando el tercer lugar después del azafrán y el cardamomo, la vainilla se ubica como la tercera especia más cara del planeta, siendo este el motivo por el que se insiste en que es un producto de lujo, aunque esto solo aplica si estamos hablando de la vainilla natural, pues, aunque muchas personas lo ignoren o lo pasen por alto, la verdad es que la que se distribuye a nivel comercial con tanto éxito no es más que su versión sintética.
Tal y como lo muestran cientos de páginas de Facebook, la vainilla es una especia con todo tipo de beneficios para la salud a los que se accede a través de presentaciones tópicas o de jarabes, extractos, gotas y de las mismas vainas que pueden ser procesadas en casa por quienes cuentan con el conocimiento, así que revisaremos los aspectos más llamativos que la hacen tan apreciada y valorada.
El lujo de la exótica flor de vainilla
Propia de los bosques y selvas de Centroamérica y México, la vainilla pertenece a la familia de las orquídeas, siendo esta la única de este grupo que se establece como comestible, otros detalles como este pueden encontrarse en https://www.vainilla.info/ . Es propio anotar que, de acuerdo a diferentes mitos y leyendas, el pueblo azteca fue quien la descubrió asignándole el poder de otorgar felicidad.
Si bien, el género Vanilla dispone de unas 110 especies, la verdad es que apenas se cultivan 3 especies de forma comercial, además la flor de vainilla solo consigue permanecer abierta por unas cuantas horas y esto significa que no es tan sencillo que digamos su reproducción natural.
Para hacerse a una mejor idea de lo difícil de conseguir la vainilla natural, basta con saber que las vainas de la vainilla deben pasar entre 9 y 10 meses después de la polinización para luego ser curadas durante meses hasta que se pueda iniciar el proceso enzimático que conduce a obtener el glucósido que finalmente queda en las vainas de vainilla.
La vainilla artificial
Ante lo costoso que resulta el poder llevar la vainilla natural a los hogares, la industria ha optado por impulsar la vainilla sintética o artificial una alternativa que aunque puede ser casi que igual a nivel químico, no termina de igualar a plenitud ese distintivo aroma que si emana la vainilla original, ni muchos menos el sabor.
La abismas diferencia de precios y el gran gusto que existe por esta tradicional especia, consiguen que sea altamente comercializada.